Julio 11, 2014
Sombras del Paraíso
por: Arturo Neimanis
CAPITULO XX
El País de las Sombras
“Nada era real y sin embargo todo era absoluto, solo la fuerza primigenia del Universo persistía sobre la faz del mundo. Tanto como cien veces mil veces mil años atrás, todo cambió. La larga noche dio paso a un deslumbrante día y la fuerza que no era real en realidad fue convertida. El Padre, artífice de la creación, tomando su propia esencia todos los planos del mundo pobló. Una orden en sus hijos plantó: vivir en armonía y renovar su esfuerzo creador… Cinco razas desobedecieron la ley, cinco rebeldes juzgados y condenados, a cada cual su propio espacio El Padre le confinó, miles de mundos en un solo mundo separados tan solo por una tenue barrera, frágil como una ilusión, fuerte como una montaña y un Guardián como guía a cada paria le asignó…”
(Fragmento del manuscrito de los ángeles)
El ser humano no estaba solo en el paraíso. Si pensamos en función de dios como un ser omnisciente y todopoderoso, ¿Cómo podemos pretender que su impulso creador se limitó tan solo a la humanidad? De ser cierto que nos hizo a su imagen y semejanza ¿Por qué hay tantas diferencias entre nosotros? Aquella docena de incomprensibles hojas manuscritas finalmente se abrieron ante mí en un momento de revelación que me mostró en apenas un instante más que los siglos de mí peregrinar por el mundo.
Hubo un momento inicial de explosión creativa, de él salieron todas las cosas vivas pero el mismo no estuvo limitado tan solo a la expresión humana. Junto con los hombres, en ese instante fueron creadas infinidad de miles de otros seres separados de nosotros apenas por el suspiro de una ilusión. Hubo una caída, un no cumplimiento de las instrucciones del creador para con sus creaturas, pero dicha caída no fue universal ni tampoco aislada de nuestro mundo, el mundo de los hombres. Casi la totalidad de los seres creados aun hoy continúan viviendo en el Edén, pocas, realmente pocas, fueron las razas que debieron ser expulsadas del paraíso al infringir lo que aparentemente tenía el carácter de ley.
Tan solo cinco razas cayeron en desgracia y nosotros, los hombres, fuimos una de ellas. Aún no he podido precisar cuál fue realmente la naturaleza de nuestra transgresión pero el castigo al parecer fue realmente ejemplar. Al ser expulsados de eso que, a falta de una palabra mejor, hemos dado en llamar paraíso, las cinco razas fueron aisladas del entorno mayor a fin de impedir que su delito se extendiera, pese a su aislamiento, estaba supuesto que las cinco no tuvieran contacto entre sí, algunas de estas razas estaban más avanzadas que otras y fueron capaces de hacer algo aun peor. Para mí fue un momento doloroso cuando llegué a saberlo y no tengo más remedio que divulgarlo, de las cinco razas, la nuestra era la más atrasada, éramos el ultimo eslabón de la cadena, los últimos en toda la creación y nos tocó el exilio con las otras cuatro y algunas de ellas simplemente destilaban rencor.
Por ser los últimos se nos consideró como al hermano menor que al nacer con una tara mental frena el desarrollo de toda la familia hacia algo mejor. Una de las razas caídas nos vio con misericordia y se hizo cargo de nuestro cuidado, con el paso de los años hemos dado en llamarles ángeles. Otra raza nos hizo responsables de su propia caída y hoy los llamamos demonios, y en realidad lo son. A las otras dos razas ni siquiera les importamos y créanme, así es mejor.
No tengo del todo claro si había o no alguna oportunidad de salvación, solo tuve la certeza que a resultas de toda esta historia, el hombre continuo su camino, tratando de hacerlo mejor y otros, los demonios, vienen tratando de acabar con nosotros porque creen que así encontraran su propia redención. Es a esos demonios que buscan nuestra destrucción a los que he llamado sombras y al sitio que eligieron para ocultarse en nuestro mundo, su país, el país de las sombras, un lugar que ni siquiera debería existir. Se cuidaron mucho de mantenerlo apartado del vaivén de la historia, después de muchos enfrentamientos con aquellos a los que llamamos ángeles y al verse casi perdidos, se apartaron por un tiempo de la escena y cambiaron su estrategia buscando hacer de nuestro mundo un sitio peor. Su objetivo es hacernos desaparecer y los motiva la creencia que tienen que nosotros somos los culpables de su propio error. ¿Qué nos espera? No lo sé, ¿Qué posibilidades tenemos?, tampoco. Una guerra está en curso y me parece que estamos perdiendo porque para empezar, ni siquiera sabemos que luchamos contra fuerzas más allá de nuestra comprensión.
Esto fue tan solo una pequeña parte de lo que extraje de aquellos manuscritos, había más, mucho más. Al terminar de leerlos quede más que convencido de dos cosas, la humanidad ha luchado durante mucho tiempo contra un enemigo que no escatima esfuerzos para que cuando llegue el momento del corte, la evaluación según dice el guardián, si alguna raza deba ser eliminada, que ese alguien seamos nosotros y lo otro, ¡Las sombras han logrado engañar al Guardián!, ¡Han burlado al Artista!, eso significa que conocen su existencia mientras que nosotros, ¡nosotros ni siquiera nos hemos enterado que vamos camino a nuestra pronta extinción!
Continuará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios, buenos o malos, siempre serán bien recibidos, mientras sean bien intencionados. Me reservo el derecho de suprimirlos cuando así lo crea necesario, bien sea por cuestiones legales, porque ofendan nuestro lenguaje o por simple sentido común.