Arturo Neimanis
CAPITULO XXXV: Energía Mortal
Agosto 15, 2014
CAPITULO XXXV
Energía Mortal
“Aquí
yacen los hermanos Grimoso, uno, científico que leyó muchos libros para darse
cuenta que no sabía nada y el otro, sacerdote, que leyó uno solo y creyó
saberlo todo” (Anónimo)
Demoré
casi un año en llegar a un sitio civilizado, efectivamente, no me había
equivocado en mis cálculos, me encontraba en Canadá, tal vez más al oeste de
donde pensaba pero al menos acerté el país. Me imagino lo que hubiese tardado
en salir de allí si hubiese caminado en la dirección equivocada. Ni siquiera
estoy seguro de haberlo logrado.
Aquella
pirámide convertida en gigantesco tanatorio era para mí un claro recordatorio
de las muchísimas cosas que aún me faltan por saber. Lo primero que hice fue
volver a África. Tenía mucho que compartir con Assabin, además de deberle una
disculpa por no seguir sus acertados consejos. Es increíble la de vueltas que
da el mundo, sólo para llegar al mismo punto.
“Estoy aquí porque necesitas respuestas
para preguntas que ni siquiera te has planteado”. Aún recuerdo esas palabras que me
dijo el día en que la conocí. Desde entonces le hecho muchas preguntas, vaya
que si lo he hecho. No ha sido sino hasta ahora, a la luz de tantos nuevos
hechos, que veo con claridad que en cierto modo ya yo sabía todas las
respuestas.
Mi
verdadero problema, y creo que el de muchos, es que realmente ignoramos cuales
son las preguntas que han de responder a todo aquello que inquieta a nuestras
almas.
En
la vida, como en la ciencia, no puedes afirmar algo si no tienes datos
verídicos que lo soporten. Piezas de información deben encajar unas con otras
como un gigantesco rompecabezas. Así surgió en mi mente un modelo con el que puedo
explicar los acontecimientos e incluso predecirlos.
En
mi subconsciente se ha ido construyendo un modelo de visión del mundo que ha
emergido como resultado de la unión de múltiples fragmentos de información que
han ido solapándose unos con otros. Ese conocimiento ya estaba ahí, eran mis investigaciones,
documentos y datos de muchas personas de
todo el mundo que he ido recolectando en mi peregrinar.
Sólo
hacía falta irlos recogiendo, comprobarlos y analizarlos adecuadamente: el
modelo saldría solo. No se trata de una cuestión de opinión; si bien mi teoría tiene pequeños fallos, no puedo negar los
hechos y las pruebas.
Que
un hombre describiera con exactitud el hundimiento del Titanic catorce años
antes que ocurriera, a cualquier persona objetiva no le dejaría la menor duda
que no se pudo tratar de un accidente; más aún cuando conocemos los misterios
que le rodean y las personas relacionadas. Pruebas como éstas, todas reunidas,
conducen a una única conclusión, que aunque puede presentar diversas variantes,
no cambiará en su esencia.
El
verdadero ser pensante debe iniciar su propia investigación, partir de que no
sabe nada, cuestionarlo todo y formarse para ser capaz de averiguar si lo que
está percibiendo es cierto o no, en cualquier ámbito del conocimiento humano.
Es algo que sale del interior de cada uno.
La
gran mayoría conocemos desde hace mucho tiempo el área comprendida desde la
costa de Florida a las Bermudas y Puerto Rico, bautizada con el nombre de
Triángulo de las Bermudas, lugar que adquirió fama a causa de las desapariciones misteriosas, provocadas
por cientos de naufragios, accidentes aéreos, producidos aparentemente por el
mal funcionamiento de los instrumentos electrónicos de estas naves.
Existen
otras zonas en el planeta que presentan fenómenos parecidos, como el triángulo
del Dragón que se ubica cerca a las costas Africanas.
Sin
embargo muchos desconocen que existe una misteriosa región en el espacio
exterior, sobre Sudamérica justo encima de Brasil, donde los equipos de manera
súbita fallan, involucrando tanto telescopios como satélites, los cuales simplemente
dejan de funcionar, sumados a los testimonios de algunos astronautas, quienes
afirman haber observado la presencia de extrañas luces parpadeando frente a
ellos.
Por
este motivo a esta área del espacio se le conoce como "La Anomalía del
Atlántico Sur", sin embargo otros la llamaron el "Triángulo de las
Bermudas del Espacio".
En
septiembre del 2010 fue lanzado al espacio un satélite de Vigilancia Espacial
de la Fuerza Aérea, el cual tenía como misión vigilar todo tipo de
perturbaciones atmosféricas que afectaban a la superficie terrestre, que
contaba además con un telescopio de 30 centímetros, el cual ayudaría a
controlar a algunos satélites alejados.
Breve
tiempo después del lanzamiento hizo su paso sobre el Atlántico Sur, de manera
inexplicable todos los sistemas comenzaron a fallar. Los sensores del satélite
parecían tambalear y los sistemas electrónicos no respondían del todo bien,
hasta que el satélite dejo de funcionar por completo, lo cual impidió cumpliera
con su misión.
Luego
de este incidente, muchas misiones adicionales se vieron afectadas por esta
extraña energía, esto obligó a los científicos a diseñar equipos que pudieran
protegerse de este misterio que desafiaba toda lógica.
Este
enigma fue descubierto inicialmente en 1958 por el físico James Van Allen. Sin
embargo, lo único que se sabe a ciencia cierta es que esta anomalía se
desplaza lentamente unos treinta y
cuatro kilómetros hacia el continente Africano.
Fue
precisamente en 1958 cuando esta fuente de energía se detectó por primera vez,
que yo me encontraba en algún lugar del Noroeste de Canadá contemplando miles
de cadáveres, sin razón aparente para su muerte.
Continuará...
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