Cualquier semejanza, es pura coincidencia
julio 26, 2014
El día de la posesión de un nuevo gerente, su antecesor en la empresa, ya a punto de marcharse, lo llamo aparte y le dijo: "Voy a entregarle estas tres cartas cerradas. Cuando se vea enfrentado a una crisis importante, abra la primera carta. En la siguiente crisis significativa, abra la segunda. Y deja la tercera carta para una crisis trascendental".
Ocurrió entonces una crisis y el Gerente acudió presuroso a leer la primera carta, que decía: "Échale la culpa a tu antecesor, o sea, a mi".
Más adelante, agotados los argumentos para culpar al que estaba antes que el, y viendo que las cosas iban de mal en peor, abrió la segunda carta y leyó lo siguiente: "cámbialo todo".
En efecto, cambió absolutamente todo.
Como las cosas tampoco mejoraron, porque tan sólo cambió el nombre de las cosas, abrió la tercera carta, La cual decía: "Es hora que empieces a escribir tus tres cartas"...
(No recuerdo donde lo leí ni quién lo escribió, pero sigue teniendo vigencia, lo transcribí tal como lo recuerdo).
Arturo Neimanis.
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