Hace 23 años un grupo de ingenuos subtenientes y tenientes siguieron a un moderno flautista de Hamelín quien los sedujo aviesamente con su labia y carisma ofreciéndoles liberar a Venezuela de los ladrones que la saqueaban y convertir a nuestro modesto país en una potencia mundial.
En aquel momento esos jóvenes militares se creyeron el cuento y lo siguieron en un golpe mal planificado, desorganizado y pésimamente dirigido. El resultado no podía ser otro que el fracaso. En esa oportunidad solo pagaron cárcel los jefes por su traición al juramento de defender a la Constitución y las Leyes. La mayoría de los oficiales jóvenes fue reintegrada a sus cuarteles y continuaron su carrera como si no hubiesen quebrado un plato.
Pese a lo burdo del intento de golpe, Chávez se convirtió en un Robin Hood llanero ganando gran popularidad. Seis años más tarde fue electo presidente, dando inicio a una desastrosa era para Venezuela.
Al igual que Fidel, el maligno personaje había ocultado ser comunista para no alarmar al electorado. Una vez en el poder con sus socios del Foro de Sao Paulo, Fidel y Lula, fue controlando todos los poderes del Estado y finalmente al tenernos maniatados nos entregó en bandeja de plata a los Castro.
Este siniestro dueto nos chupó la sangre y nos arruinó tal como hicieron con la URSS, que era una verdadera potencia mundial roja. El colapso de los soviéticos demostró que el comunismo no es eterno, pese a controlar fraudulentamente los órganos electorales. Además probó que el precio del petróleo tumba gobiernos, aun contando con poderosas fuerzas militares y paramilitares.
Si la URSS se desplomó, más fácilmente colapsará nuestro sufrido país, que está en las últimas. Tras 15 años bajo un modelo económico inviable estamos quebrados. Nadie sabe cuándo llegará la buena nueva de la huida de los comunistas criollos dirigidos por los Castro, pero es cuestión de tiempo.
Entretanto los seguidores de Chávez han llegado al grado de general y en medio de la debacle han encontrado formas criminales de hacer dinero en cifras colosales y sin trabajar. Este largo camino del cuartel al cartel de los soles los convirtió en millonarios, ministros, diputados, gobernadores de estado y empresarios boliburgueses.
Allí están gordos, buchones y corruptos sin dignidad pero mandando y gozando del apoyo de un régimen procaz, incapaz e insolente dirigido por un torpe y folletinesco personaje que se niega a presentar su partida de nacimiento como lo exige la Constitución Nacional.
Lo peor es que nadie en la MUD se atreve a exigir la presentación de este documento que se exige hasta para comprar pañales.
En el ínterin los otrora inocentes tenientes se han convertido en narcotraficantes de uniforme y han perdido el sentido de la vergüenza. Mientras los ahora corruptos generales retozan ahítos de billetes como unos Rico McPatos el país se hunde cada vez más en la pobreza y la desesperación.
Esta situación cambiará pronto y el camino que llevó a esos militares traidores del cuartel al cartel, ahora los conducirá a la cárcel y al oprobio público cargados de infamia. El 4F no hay nada que celebrar y demasiado que lamentar y denostar. Los muertos y la entrega de la patria a dictadores extranjeros no se vitorean.
Fuente: Noticiero Digital
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