Revolución
y Santería
(Segunda Parte)
La santería es un tema
difícil, que pudiera promover la burla y el escepticismo y que muy pocos
quieren tocar. Sin embargo, desde que Hugo Chávez se apropió de la presidencia
y especialmente cuando profanó la tumba de Simón Bolívar, tomó especial
relevancia en el acontecer de nuestra derruida patria.
En esencia la santería es
una religión adivinatoria que ofrece al creyente los medios para tener acceso
al conocimiento del mundo y a las fuentes principales de poder. Practica la
magia imitativa con preceptos positivos y negativos. La santería cree en una
fuerza o dios universal del que proviene todo lo creado, llamado Olodumare.
Luego están los orishás,
que son deidades que gobiernan diversos aspectos del mundo. Velan para que cada
mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su nacimiento.
La Santería pretende
fingir un culto católico, pero realmente es una forma de idolatría. Incluye
rituales paganos como sacrificios de animales, sesiones adivinatorias, trances
por posesión de espíritus, etc.
Al igual que todas las
religiones, algunos han obtenido provecho económico de esta mescolanza de
rituales. Vemos como proliferan los puestos en los que se venden toda clase de
objetos, yerbas, pomadas, collares, etc. por personas que muchas veces no creen
absolutamente en nada de eso, pero que lo hacen porque les deja dinero, es un
buen negocio. No se debe explotar así la ignorancia de la gente. Es algo
absolutamente reprobable.
Durante la edad media la
iglesia católica vendía la salvación a cambio de riquezas, para financiar las
cruzadas, igualmente hoy, una gran cantidad de oportunistas exprimen los
bolsillos de los débiles mentales de nuestra época que en su ilusoria fe creen
hallar algo en la santería.
Son millonarias las cifras
que se manejan en Venezuela para hacerse un santo, o cualquiera de las demás
actividades que conforman este culto. El fraude de la Santería ha crecido proporcionalmente
a los problemas económicos del país. Y casualidad de casualidades, de la mano
del auge del Chavismo.
A mediados de la última
década del siglo pasado, era absolutamente extraño ver a alguien con la típica
vestimenta blanca asociada a esta religión, hoy, después de tres lustros de
revolución, lo realmente extraño es no encontrarse alguno en la calle.
¿Existe alguna razón
lógica para este incremento de feligreses dentro de la santería?
Cuba, la jaula más grande
del mundo, aparte de extraernos hasta la última gota de sangre en beneficio de
sus decrépitos líderes y en menoscabo de nosotros, ha inundado nuestra tierra
con espías, esbirros, corruptos y toda una fauna de seres realmente
reprobables.
Dentro de los múltiples
mecanismos de control que han implementado en nuestro suelo, la santería, sin
duda, es uno de los más difundidos. ¿Es casualidad que no habiendo libertades
religiosas en Cuba, la santería allá este protegida por el gobierno?
Desde que la esclavitud
existe, siempre se ha dejado a los esclavos una válvula de escape para que en
vez de rebelarse ante sus opresores, estos descarguen su ira y su frustración
en otras direcciones. Históricamente ese ha sido uno de los principales roles
que ha cumplido la religión.
Algo que me mueve a ratos
a reírme y a ratos a casi llorar es cuando veo opositores acérrimos del régimen
militando en las filas de la santería. Gritan a todo pulmón que están en contra
de la dominación cubana y sin embargo le siguen el juego con su parapeto de
religión. Ya ni siquiera cabe decirles que son débiles mentales, entiendo que ser
chavista ya facilita el camino para aceptar cualquier otra basura, pero
opositor y santero, casi parece un chiste.
Tradicionalmente la
santería ha sido practicada por personas analfabetas, gente pobre, sin cultura,
gente sin sabiduría. Las cosas aparentemente han cambiado, actualmente,
abogados, políticos, modelos, periodistas, reinas de belleza, profesores,
cantantes, presidentes, médicos, ingenieros, la practican mezclándola con el
catolicismo y el cristianismo.
De seguro no son
analfabetas aunque puedan ser mentalmente disociados, pobres, muchos no lo son
(aunque algunas fortunas son de procedencia por demás dudosa), incultos, si, en
su mayoría, sabios, creo que ninguno.
Así que bien visto, las
cosas no han cambiado mucho realmente, simplemente ha variado un poco el
decorado aunque la obra siga siendo la misma.
En la farsa mayor del
socialismo del siglo XXI, las mentiras están a la orden del día. Medítenlo bien.
Si realmente les duele nuestro país háganse esta reflexión. Para mi está muy
claro. Ser chavista o ser santero, ambos son actos de traición.
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